Carmen, víctima de la banda de parapsicólogos que fue procesada por estafa en Salto, comentó que lo que empezó hace un año con la búsqueda de una solución a sus fuertes dolores de cabeza terminó con ella en la ruina y al borde de la locura.
Salto | Luis Pérez
Ese estado emocional surgió como consecuencia de continuas amenazas y presiones psicológicas que padeció y que le parecían no tener fin, situación a la que fue arrastrando también a su hija María."El año pasado escuchando un programa en una radio local decidí acudir a una consulta del parapsicólogo que se hacía llamar Pedro y la cual valía $ 300. Mi mal es que padezco glaucoma y perdí una vista y parte de la otra y sufro fuertes dolores de cabeza", dijo Carmen.Nunca imaginó que esa búsqueda de una cura alternativa la llevaría al extremo en que había días que no tenía para comer, ya que debía cumplir con las entregas de dinero.Los parapsicólogos (un argentino y tres colombianos) le decían a Carmen: "Madrecita no podés dejar de venir a tratarte porque algo grave le va a pasar a tu hija y a vos; trae US$ 500 que te tenemos que hacer un trabajo urgente"; Carmen contó que luego le pidieron US$ 1.800 más y $ 6.000 y, que, "en medio de la desesperación y la presión que sentía porque me decían que mi hija se iba a morir, recurrí a cuanto lugar pude para conseguir el dinero y cada día me sentía peor de salud", indicó sobre la presión que ejercían los mentalistas que "trabajaban" en un hotel de la zona Este.
Bañarse con yuyos.
Dijo que los peores momentos surgieron cuando uno de los "sanadores" le pidió instalarse en su casa para dar consultas y alojarse cuando viajaba desde Argentina, a cambio de hacerse cargo del agua y la luz y seguir más de cerca su tratamiento.
"Fue un calvario porque todos los días nos hacía dar baños con mezclas de agua con yuyos y alcohol y rezar sobre unas hojas en blanco en las que nos decía que aparecería el espíritu de mi madre y, al cabo de unos días, me convence diciéndome que debajo del piso de una de las piezas del fondo de la vivienda había un tesoro enterrado con $ 66.000.000 para lo cual nos hizo abrir un pozo y después lo llenaron de agua", relató la víctima de la estafa.El "sanador" les dijo que no podían "mirar más el lugar y continuamente me señalaba que esta casa tenía un maleficio y tenía que venderla".María, la hija de la dueña de casa, recuerda esos momentos como de miedo ante la insistencia del parapsicólogo que se hacía llamar Juan. "Continuamente me decía que mi madre se iba a morir en esta casa y después mamá me dijo que a ella le decía que si no vendíamos esta casa antes del 30 de octubre yo también tenía los días contados por ese maleficio. Ante eso nos decidimos a venderla en US$ 15.000 y el hombre se ofreció a encontrarnos interesados hasta que apareció con uno y un representante de una inmobiliaria", recuerda.Cuando se hizo el negocio el parapsicólogo le indicó que había que poner US$ 8.000 en el pozo que las hizo construir, siguiendo las indicaciones espirituales de la madre de Carmen y abuela de María que habían sido "leídas" por el mentalista en las hojas blancas a las que ellas le rezaron y que tenía como mensaje quitarle el mal a la dueña de casa y con ello el sufrimiento al dolor de cabeza."Después que le entregamos el dinero y que, según Juan, lo depositó en envoltorios impermeables en ese hueco, nos dio la orden de no pisar el sitio por unos días. El hombre se fue distanciando y noto que mi hija ya no dormía y veía cosas raras por lo que decido acudir al párroco de la Iglesia", agregó."El párroco no podía creer lo que estábamos viviendo y me aconsejó dar cuenta inmediatamente a la Policía y en un rápido trabajo capturaron al grupo cuando me estaban exigiendo US$ 4.000 más", dijo la víctima.Ahora Carmen aguarda por la actuación de la Justicia en cuanto al embargo de dos camionetas empadronadas en Argentina que le fueron incautadas a los delincuentes, que le permitiría recuperar parte del dinero perdido.
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